Yo quisiera recordar a D. Santiago como cuando nos visitó por primera vez aquel año de 2005 con ocasión de la clausura de nuestros Festivales en Sagunto, y que es lo que recoge la fotografía un rato de sosiego en la terraza cercana al Restaurante donde nos habíamos reunido los colegas de las distintas Sedes.
Pero es que desde entonces fueron él y Carmen invitados asiduos a lo largo de seis años: era ya costumbre verlos subir la exigente pendiente del Teatro con una facilidad sorprendente. Hasta que algunos achaques les hicieron dejar de venir en 2012, acudían puntualmente a visitar los Talleres de Cultura Clásica en la Plaza y en la Domus y asistir a las representaciones teatrales.
Con modestia de aprendiz acompañaba a Carmen interesándose por los objetos y los trabajos que realizaban los alumnos y preguntaban a los monitores por los detalles, ya fuera de Epigrafía, Mosaicos, Indumentaria, Cerámica, Cocina, Militaria, etc… Eran conocidos por todos los que trabajábamos en la organización y todos lamentamos cuando dejaron de asistir hace dos años.
Y de las representaciones, recuerdo, como estaba intrigado por la solución dramática que habría dado el Director del Grupo que había preparado una versión dramática sobre “ El asno de oro” para las distintas localizaciones de la novela, de la que había preparado una edición bilingüe hacía unos años. Y de las felicitaciones por la sencillez y el acierto del recurso utilizado.
No nos podemos acostumbrar a su ausencia quienes conocíamos sus trabajos desde (en mi caso) los años sesenta, aquella selección de la Ilíada, en colaboración con F. Castaños Garay en la Editorial Anaya, para alumnos del Preuniversitario de la época. Y siguió durante toda su vida publicando trabajos, hasta los últimos antes de cuya publicación, con su natural humildad, llegó a pedirme opinión, como “Los números” o “Las plantas en la Biblia”.
Para la información de nuestros Festivales el más útil ha sido el “Teatro en Grecia y Roma”, donde está reunido todo lo que se conserva del Teatro Clásico con una exposición sistemática de contenidos, personajes, situaciones, influencia en el teatro posterior, etc.
Muchos miles de alumnos y varias generaciones de profesores se han valido de sus trabajos de léxico o gramática latina para estudiar la lengua a la que ha dedicado toda su vida. Y eso es lo que queda cuando a uno le llega la hora de partir: la huella y el recuerdo que se ha dejado y de la que su familia puede sentirse legítimamente orgullosa.
Cuando se le hizo Socio de Honor de nuestros Festivales, nos decía que nunca había dejado de trabajar …, y eso hasta el último momento, aunque temía, como así ha sido, no poder concluir la obra que traía entre manos, la del voluminoso diccionario con derivaciones a dos docenas de lenguas y basado en el conocido “Diccionario por raíces del latín”. Pero, además de eso, ha sido, antes de todo, una buena persona, que se merece como pocos aquel epitafio de Calímaco recogido en la Antología Palatina:
“Aquí ……….su sueño sagrado duerme, no digas que los buenos mueren”.
Nos queda su recuerdo emocionado y el dolor por su pérdida. In memoriam…
Fernando Estébanez
Prósopon Sagunt