El pasado día 11 ha fallecido en Bilbao nuestro colega y buen amigo, el profesor D. Santiago Segura Munguía.
Acto de clausura
y nombramiento como Socio de Honor
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Tarragona, 17 de mayo de 2008
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Santiago ha sido el primer Socio de Honor de Prósopon y de Skené, Instituto Vasco de Teatro Clásico, títulos y honor bien avalados por toda una larga vida dedicada a la difusión del mundo clásico, tanto a través de sus clases durante casi 70 años en varios Institutos y en la Universidad de Deusto, como en sus innumerables obras. Su libro El Teatro en Grecia y Roma es un referente bien conocido.
Y no eran sólo palabras: Santiago y su mujer, Carmen, acudían cada año indefectiblemente a nuestros Festivales de Teatro Grecolatino de Euskadi y de Sagunto, o a Itálica entre otros, y participaban de los mismos vistiéndose incluso de romanos en sus representaciones y en los Talleres de Cultura Clásica.
Para su familia, para cuantos hemos disfrutado de su amistad y compañía, los integrantes de las doce Asociaciones de Prósopon, para sus alumnos y los lectores y estudiosos de su ingente obra, su marcha es un inesperado y profundo vacío.
Todavía oímos sus palabras llenas de entusiasmo y de vida en su discurso de Clausura en Bilbao de los Festivales 2013 de Prósopon en Mayo del pasado año. Poco antes, para celebrar sus 90 años, su familia pensó en ofrecerle un ramillete de escritos de amigos en forma de libro. Tuve el gran honor de poder contribuir al mismo.
Me sorprendía que a veces titubeara a la hora de recordar y valorar el ingente trabajo de su vida. Santiago, advertido quizá como buen sabio, por la conversión en estatua de la curiosa Lot o por el triste retorno a los Infiernos de la impaciente Eurídice, dudaba ante la tentación de mirar hacia atrás y preguntarse si habría fructificado su semilla, si habría empleado bien los talentos recibidos. ¡Bendita humildad!
Su gran modestia me producía admiración. Por eso le escribí, más o menos,:
“ Vuelve tus ojos, Santiago, vuelve tu mirada y admira la cosecha: Carmen, la buena tierra, y el fruto en sazón de vuestros hijos, multiplicado en los hijos de tus hijos. En el balance contable de tu vida profesional más de diez talentos por cinco recibidos. Grabado a tu favor está en la cuenta de la vida. Hoy miles de agradecidos alumnos te recuerdan como ese “buen profesor”, sabio y ameno, cuya huella nos marca para siempre. Es tu otra herencia, tu rica herencia, Santiago, la que has dejado sembrada en las mentes y en el corazón de cuantos te conocieron y escucharon.
Escrito está también tu testamento en el largo catálogo de tus obras didácticas y divulgativas, editadas y reeditadas por los años y hasta nuestros días. En él tú, Santiago, como Horacio, nos has dejado un “monumentum aere perennius”.
Los frutos de 90 años de amor y de amistad, de saber, de trabajo, de generosidad y bonhomía. ¡Y de sano buen humor!
Y por favor, Santiago, no olvides ese que dices, tu propio pacto con el cielo y con la vida, esa versión de un Fausto bueno que ha acordado con Dios seguir viviendo… mientras tenga pendientes de escribir algunas páginas de su última obra.
Ten siempre alguna entre tus manos, te decía. Et mane nobiscum.”
Santiago: no nos has hecho caso y te has ido. Seguramente has acordado con los ángeles seguir escribiendo allí, incansable y a mano como siempre. Tú estarás feliz. Pero nos has dejado profundamente tristes.
De todos modos ha sido un impagable regalo conocerte. Gracias, maestro, buen hombre, buen amigo.
Y no eran sólo palabras: Santiago y su mujer, Carmen, acudían cada año indefectiblemente a nuestros Festivales de Teatro Grecolatino de Euskadi y de Sagunto, o a Itálica entre otros, y participaban de los mismos vistiéndose incluso de romanos en sus representaciones y en los Talleres de Cultura Clásica.
Para su familia, para cuantos hemos disfrutado de su amistad y compañía, los integrantes de las doce Asociaciones de Prósopon, para sus alumnos y los lectores y estudiosos de su ingente obra, su marcha es un inesperado y profundo vacío.
Todavía oímos sus palabras llenas de entusiasmo y de vida en su discurso de Clausura en Bilbao de los Festivales 2013 de Prósopon en Mayo del pasado año. Poco antes, para celebrar sus 90 años, su familia pensó en ofrecerle un ramillete de escritos de amigos en forma de libro. Tuve el gran honor de poder contribuir al mismo.
Me sorprendía que a veces titubeara a la hora de recordar y valorar el ingente trabajo de su vida. Santiago, advertido quizá como buen sabio, por la conversión en estatua de la curiosa Lot o por el triste retorno a los Infiernos de la impaciente Eurídice, dudaba ante la tentación de mirar hacia atrás y preguntarse si habría fructificado su semilla, si habría empleado bien los talentos recibidos. ¡Bendita humildad!
Su gran modestia me producía admiración. Por eso le escribí, más o menos,:
“ Vuelve tus ojos, Santiago, vuelve tu mirada y admira la cosecha: Carmen, la buena tierra, y el fruto en sazón de vuestros hijos, multiplicado en los hijos de tus hijos. En el balance contable de tu vida profesional más de diez talentos por cinco recibidos. Grabado a tu favor está en la cuenta de la vida. Hoy miles de agradecidos alumnos te recuerdan como ese “buen profesor”, sabio y ameno, cuya huella nos marca para siempre. Es tu otra herencia, tu rica herencia, Santiago, la que has dejado sembrada en las mentes y en el corazón de cuantos te conocieron y escucharon.
Escrito está también tu testamento en el largo catálogo de tus obras didácticas y divulgativas, editadas y reeditadas por los años y hasta nuestros días. En él tú, Santiago, como Horacio, nos has dejado un “monumentum aere perennius”.
Los frutos de 90 años de amor y de amistad, de saber, de trabajo, de generosidad y bonhomía. ¡Y de sano buen humor!
Y por favor, Santiago, no olvides ese que dices, tu propio pacto con el cielo y con la vida, esa versión de un Fausto bueno que ha acordado con Dios seguir viviendo… mientras tenga pendientes de escribir algunas páginas de su última obra.
Ten siempre alguna entre tus manos, te decía. Et mane nobiscum.”
Santiago: no nos has hecho caso y te has ido. Seguramente has acordado con los ángeles seguir escribiendo allí, incansable y a mano como siempre. Tú estarás feliz. Pero nos has dejado profundamente tristes.
De todos modos ha sido un impagable regalo conocerte. Gracias, maestro, buen hombre, buen amigo.
Cipriano Fontanilla,
Presidente de Prósopon, Asociación de Festivales de Teatro Grecolatino
Presidente de Prósopon, Asociación de Festivales de Teatro Grecolatino